miércoles, noviembre 24

breve paseo por la cabeza de Paulina Santiago

Señora, señor, póngase cómodo y camine con cuidado, mire que uno nunca sabe lo que puede encontrar por acá. Verá usted que las cosas están algo revueltas y que a ratos se mueve un poco el piso, pero no se asuste: lo que pasa es que la señorita Santiago se complica cuando le toca tomar decisiones y amenaza con hacer explotar todo esto. Claro que al final nunca pasa nada grave y la crisis sólo dura un par de días.

Tampoco se asuste si no alcanza a ver lo que viene más adelante; pasa que estamos cruzando una época un tanto incierta y a ratos nos cuesta prever lo que nos vamos a encontrar. Eso puede ser bueno o puede ser malo, todavía no lo decidimos. De lo que sí debe cuidarse es de la mano del señor Smith. ¿Que si podrá verla venir? No pues, acuérdese que es invisible. De vez en cuando nos pega unos golpes que hacen perder el equilibrio: nuestra recomendación es que no se relaje aunque todo el universo lo lleve a caer en la tentación.

A su derecha, en ese archivador desordenado de la esquina, están todas las películas, libros, conciertos, viajes y otras informaciones que la cabeza de P.S. absorbió alguna vez; el problema es que nunca los encuentra en el momento apropiado. Debe ser porque la mayor parte del espacio lo ocupan programas de televisión; es que ver tv es la actividad a la que ha dedicado más tiempo en su vida, desde que era niña y el abuelo la retaba por sentarse tan cerca... y tenía razón: si usted encuentra que aquí dentro las cosas se ven algo distorsionadas es porque esta chica tiene astigmatismo. 

Tanta televisión también le dio la habilidad de hacer extrañas asociaciones entre situaciones de la vida y una imagen, un personaje o un diálogo cualquiera. Algo parecido le pasa con las canciones, por eso ustedes pueden oír como música de fondo parte de su soundtrack mental permanente. ¿Que si escucha voces? No, todavía no llegamos a eso. 

En ese rincón, el más oscuro de todos, con un poco de esfuerzo podrá ver la foto de Jefecito. Ah, no se fije en los dardos que le pican los ojos, sólo fue un momento de furia. O varios. Pero lo importante aquí es el cronómetro en cuenta regresiva y las zapatillas de clavo colgadas al lado. Sí, es verdad que la señorita Santiago quiere cambiar de trabajo, pero no ha pasado nada con la búsqueda.

Ahí en el escritorio junto a la ventana están todos los curriculum actualizados, que van saliendo cada día en sobres cerrados. Esa sombra que va creciendo justo al lado es una mezcla de frustración y aburrimiento por tener que esperar eternamente una respuesta, más algo de tendinitis en el índice derecho tanto actualizar el correo para ver si pasó algo. Pero no, no ha pasado nada. Seguimos esperando ansiosamente.

¿Que quién es esa niña con maletas y pasajes en la mano? Es la Paulina mamona, que quiere volver a Pueblo Natal para poder tomar té con su abuela todas las semanas y comer carbonada o lentejas bien hechas de vez en cuando. La que la sostiene con todas sus fuerzas es la Paulina madura, no es muy grande pero hace bien su pega: armar la lista para el supermercado, revisar el estado de la cuenta corriente, levantarse a la hora todos los días para ir a trabajar. También pretende ocuparse de ese espacio lleno de telarañas donde se guarda la tesis inconclusa del magíster, pero todavía no ha tenido éxito. Una lástima.

Por este pasillo tenemos la exposición del pabellón de la construcción, donde P.S. viene a dar una vuelta de vez en cuando. Es que encuentra que un closet para dos personas es casi inhumano, así que quiere vivir en otra parte. Pero igual le gusta su departamento. Y se complica con esto de elegir barrio. Además ahora Novio sugirió que entre pagar arriendo y pagar dividendo, mejor lanzarse por la compra...

Pero mire, precisamente aquí está Novio ordenando las cosas. Sí, hay que reconocerle que ha hecho un trabajo de lujo: por allá en la jaula de la derecha puede ver la mayoría de los traumas y obsesiones de Paus. Y esa puerta que está desempolvando da a lo que se llama "capacidad de compromiso", algo que ninguno de nosotros sabíamos que estaba aquí y que ahora descubrimos que queda al lado de la pieza de "proyecciones a futuro", donde en el fondo, bien escondido, hay un librito pequeño titulado "casa, hijos y perro". No, todavía no lo hemos investigado, se nos mueve un poco el piso cuando nos acercamos.  


la verdad gracias a www.wordle.net


1 comentarios:

Flo dijo...

Brillante. Y la ilustración, genial.

 

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