sábado, agosto 6

Santomé

Me acuerdo de Martín Santomé. ¿Será que esto fue apenas un paréntesis? Siempre he tenido esa sensación de quedarme sola al final del día, sin importar si me acompañaron amigos, familia o novio. Creo que eso fue lo mejor de todo este tiempo: sentir que alguien se quedaba cuando todos los demás se iban.

Me acuerdo de la época en que dudaba si cambiar o no de carrera. Sentada sobre los enormes tableros para dibujar, mientras un profesor hablaba de griegos o romanos, yo pensaba si mi paso por esa universidad sería la principal parte de mi vida o apenas una anécdota. Ahora pienso si en el futuro voy a contar que viví un par de años con un novio, que todo fue buenísimo al principio pero con el tiempo el asunto terminó siendo un desastre. ¿Y la gente irá a creerme cuando lo cuente? Hay muchos que ni se imaginan que alguna vez no quise ser periodista.

Me acuerdo del terremoto, cuando vi volar el televisor y pensé "ya está, el edificio se cae y aquí termina todo, pero igual valió la pena por los últimos meces de felicidá". Y ahora me pregunto dónde está esa felicidá. Siento que la tuve en la nariz y la espanté a manotazos. Siento que no debí ni intentar vivir con Novio, sabiendo lo pésima compañía que soy y lo mal que funciono en estas relaciones. Pero también siento que habría sido peor no intentarlo.

Puras sensaciones, ni un solo pensamiento racional. Y un instinto: si seguimos juntos vamos a terminar lanzándonos por la ventana. O saltando voluntariamente, quién sabe. Pero también hay otro instinto, uno todavía más animal, que es el que me impide alejarme de él. No quiero dejar de sentir su olor, ni dejar de dormirme sabiendo que estará ahí cuando despierte, ni dejar de hacer planes para cuando seamos viejos. O quizás sí quiero, y todo el dolor no es más que la rabia por haberme equivocado en la apuesta.

A veces pienso que debí haber sido terapeuta: tengo la capacidad de decirle a los novios qué es exactamente lo que necesitan para sus vidas. Por supuesto, yo no estoy incluída. Ya más o menos tengo claro lo que necesita Novio, lo que no sé es si seremos capaces de aceptarlo. Tampoco sé lo que necesito yo, la capacidad se acaba ahí en el espejo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu superpoder de detección de necesidades vitales no te habría servido como terapeuta, porque no es ése su trabajo: es ayudar a separar la paja del trigo para que el otro pueda ver las respuestas.
El terapeuta nunca, nunca, aunque sea el más seco del mundo, podrá saber mejor que el paciente lo que necesita. Y si cree que lo sabe, entonces no es buen terapeuta.
Y...
tú tienes tantos superpoderes... pero te estás centrando en el menos relevante... yo dudo seriamente que tú sepas lo que necesita Novio, más de lo que sabes qué necesitas tú.

ah! otra cosa... no será hora de cambiar el título a "enfrentando la crisis" jajajaja... o en serio todavía no la ves? no te creo!

Scarlet

PauS dijo...

Yo creo que el cambio de nombre amerita cambio de diseño, no sé, algo más producido. ¿Quizás otro blog con otra línea editorial? Estamos trabajando para usted.

Por un rato pensé ser terapeuta de verdad, pero ganó el periodismo. Quizás cómo habría sido, pero creo que el periodismo fue mejor para todos.

Respecto a lo que necesita Novio o necesito yo, ni idea. Pero ya tengo mi hora lista con el terapeuta de verdad :) Estoy contando los días porque, como podrás ver, aquí hay muuuuucha paja y no encuentro el trigo.

Nika dijo...

Bien x la decisión del terapeuta de verdad!
Y, no se, a mi me suena a que usás la cabeza para enrollarte y no te dan los ovarios para hacerle caso a tu corazón. No se en Chile, pero acá se le llama "cagazo", estar muerta de miedo de hacerte cargo que con Novio sos feliz, que no importa saber qué es lo que necesita sino saber que es con Él, y no con cualquier otro. Que la felicidad no necesariamente es La Felicidad sino la felicidad, esa hecha de cosas chiquitas...
Concuerdo con Scarlet, cambiarle el nombre al blog, pero nada más. El diseño, la linea editorial (más de tu cerebro interviniendo!)... Nono, eso es cáscara. Lo interesante es el jugo.
Suerte con tu terapeuta!!

PauS dijo...

La verdad, Nika, no sé qué responderte. Puede que tengas razón. A veces sí, a veces no. Mis ovarios suelen ser reprimidos por las voces que salen de mi cabeza, y cada cierto tiempo explotan y me llevan a hacer cosas como dejar todo tirado para instalarme en otra ciudad, o vivir con alguien que conozco hace un par de meses apenas. Estoy pensando en eso.

 

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