sábado, junio 11

31, y qué tanto

Quise tener un blog apenas supe que existían. Fue cuando tuve que hacer una nota sobre el tema, una nota para una aburrida revista dominical dirigida a señores que con suerte habían escuchado hablar sobre internet. Ahora por casoalidad encontré el blog que tenía en ese tiempo, y después de leerlo completo concluí que sigo siendo casi casi la misma persona, con las mismas preguntas existenciales y la misma edad mental de 18 años. Y en ese tiempo ya tenía como 25.

En resumen, los asuntos que me preocupan siempre han sido los mismos; sólo cambia la perspectiva. En la época del primer blog me cargaba mi trabajo y terminé dejándolo para estudiar en la capitale. Tenía un compañerito de oficina que llevaba ahí más o menos una década, y lo describo paseándose del escritorio a la fotocopiadora con esa actitud de resignación eterna. Ahora lleva, no sé, 16 años, y sigue con la actitud aunque tiene menos pelo y un par de medallas por años de servicio.

Lo curioso es que el último blog viene a ser lo mismo pero al revés: parte en período de odio a la pega y termino dejándola para volver de la capitale. Y en este episodio también hay compañeritos resignados.

Conclusión: hasta ahora todos mis planes se armaron a partir del ámbito laboral. Qué estudiar, dónde trabajar, qué hacer. No sé porqué me preocupan tanto esas cosas, quiero decir, más allá de lo que deben preocuparle a todo ser humano para poder mantenerse. No sé en qué momento asumí que el trabajo es lo que te define como persona.

Si usted alguna vez jugó The Sims entenderá la idea. Cuando uno crea el personaje en el jueguito, debe elegir cuál será el ámbito que guiará sus acciones. Por ejemplo, el que opta por la familia dedica su existencia a tener hijos. El que elige carretear, carretea hasta morir, probablemente, de sobredosis. El ñoño que preocupan de estudiar mucho, aprender lo que venga y tratar obsesivamente de ser el mejor en la pega. Adivine cuál soy yo.

Un poco básica la metáfora pero al final la vida no es tan distinta, creo yo.

Lo importante ahora es que volví a tener ganas de tener blog. Y lo bueno es que ya estaba hecho, cumpliendo un año en completo abandono y todavía sin la aparición de conocidos que se sienten con el derecho a criticarlo todo. Ja. No sé porqué me da igual que cualquier desconocido se entere de mis asuntos, pero pensar que me lee la gente más cercana me ataque de pudor. Mala experiencia con el primer blog. Y con el segundo.

A lo que iba con todo esto es que ya cumplí 31, hace una o dos semanas, y las cosas siguen más o menos igual. Mismas crisis existenciales, mismas dudas sobre el sentido de la vida, mismo egoismo insoportable, mismo odio a la humanidad, misma angustia reprimida a punta de estrellitas verdes, misma sensación de no tener a nadie aunque tengas cerca a mucha gente, mismo cansancio por tratar de no hundirse, mismas ganas de mandar todo al carajo y desaparecer o evaporarse o diluirse sin que nadie pregunte cómo ni porqué.

La diferencia, supongo, es que entonces sentía que tenía la vida por delante y en algún momento todo lo malo iba a pasar. Ahora sé que no es tan fácil y empiezo a sospechar que cumpliré 40, 50 y 67 en iguales condiciones, cosa que no es para nada alentadora. Lo único bueno de todo esto es que sentarse a escribir sigue siendo una excelente manera de ordenar las ideas, y de alguna manera todavía me ayuda a sentir que el peso se hace un poco más liviano.

2 comentarios:

Nika dijo...

Pau, tanto tiempo y te veo con las mismas preguntas...
Sos la única capaz de darle un sentido a tus elecciones. No se trata de rajarte de todo, de mandar todo al carajo, xq adonde quiera que vayas, vas a estar vos, ahi. La diferencia se pone con el sentido nuevo que le des vos a cada etapa de tu vida. Algunas cosas las elegimos a conciencia, y otras nos pasan, pero si a cada una le damos -nosotros mismos- un sentido, nos las apropiamos y las elegimos y ya no son puro destino sino completa elección. Y por eso, ya son más queribles, aceptables, tolerables, incluso disfrutables.
Leiste a Sartre? El existencialismo es un humanismo. Y a Viktor Frankl? El hombre en busca de sentido.
Te los recomiendo, de una existencialista a otra.
Besos!!

PauS dijo...

Wuaaaaaaaa Nika te leo y me dan ganas de llorar. Tanto darle vueltas al asunto y tú lo dices así clarito en tan pocas palabras. Gracias por tus recomendaciones, le estoy poniendo empeño. Gracias gracias gracias!!!
Besos.

 

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