lunes, diciembre 13

Estimado señor Pascuero:

¿Señor Pascuero? La verdad, no sé cómo decirte. Siempre fuiste el Viejo Pascuero pero supongo que no debe ser muy alentador que te anden tratando de viejo por la vida. Lo de Santa me parece demasiado gringo y demasiado formal. Pero eso debe dar lo mismo, si ya nos conocemos hace tanto años. Treinta, para ser exactos.

Y déjame decirte que han sido 30 años de puro amor, al contrario de quienes reniegan de ti o cuestionan tu capacidad de llegar a todas las casas del mundo en una sola noche. Para mí esos son sólo detalles y tengo varios argumentos al respecto. Por ejemplo, Felipe, mi muñeca favorita de la infancia. O la bicicleta azul sobre la que pasé tanto tiempo y que casi me cuesta un dedo. O las tres semanas de vacaciones que me mandaste con Jefecito de la época, aunque en mi calidad de honorarios permanente no me correspondía ni descanso por Navidad. Y después hiciste aparecer a Novio, aunque ese año no lo pedí expresamente pero supongo que después de tanto tiempo seguro ya sabes lo que me gusta.

Para este año no tengo muy claro lo que quiero. O sea, se me ocurren un montón de cosas que me gustaría tener, pero en el fondo entiendo que no son prioridades. (¿Ves la madurez que he alcanzado? Seguro merezco algún premio por eso.) Se me ocurren tazones para tomar té, mejor si son de algún material irrompible. También me gustaría tener un perro, ojalá con espacio para ponerlo. Quiero audífonos nuevos, pisos para sentar a las visitas, un bloqueador muy potente y una crema para no tener arrugas.

Pero claro, puedo vivir sin eso. Quizás debo pedirte un trabajo nuevo, entretenido, útil, con compañeritos simpáticos. Uno para mí y otro para Novio -el es un tipo maduro así que dudo que quiera escribir su propia carta-; si es posible que no estén muy lejos para que podamos almorzar juntos de vez en cuando. ¿Será mucha exigencia? Es que de chica me enseñaron que no debía exagerar porque si no los otros niños del mundo se quedaban sin regalo. Y yo, que siempre he sido tan consciente con la humanidad, me limitaba a una petición por año.


Sigo siendo muy considerada, como puedes ver. Y, bueno, si somos rigurosos debo admitir que tengo todo lo que necesito. Todo lo que siempre quise, y eso no es algo que uno declare tan fácilmente en estos días. Hay que reconocerlo: con Novio estudiamos lo que quisimos, trabajamos en lo que quisimos, compramos a Salvador, compramos muchas cosas útiles e inútiles, viajamos, comimos banana split, hicimos asados, bailamos con los amigos, vimos miles de películas. Vivimos en un departamento lindo con vista a otros edificios, con piscina que se echó a perder en la mitad del verano, con un sistema de agua caliente que falla cada cierto tiempo.

Después de este arranque de sinceridad, siento que abuso un poco pidiéndote cosas. Hicimos lo que queríamos hacer, tenemos lo que necesitamos,  lo que venga ahora es sólo un agregado, como el arroz en los asados, ¿ves? Así que si te parece, te pediré sólo que nos ayudes a mantener las circunstancias actuales, que donde sea que nos pille el próximo año tengamos un lugar donde trabajar, ver películas y recibir a los amigos.

Si te queda tiempo y ánimo, podría ser un lugar con vista al mar y un jardín donde experimentar con las plantas y poner una casa de perro, pero no te sientas presionado que para eso puedo esperar.

Mucha suerte con tu trabajo, que seguramente ya es intenso.

Cariños,

Pau S.


2 comentarios:

Val dijo...

hahahaha AMÉ tu carta! sabes? yo amo la Navidad y eso que soy de familia atea XD...pero me encanta la magia del papel de regalo, aunque dentro vengan puros calcetines... creo que amo la Navidad porque amo las sorpresas, porque sigo siendo una niña.

saludos y Feliz Navidad!

ps: ojalá el pascuero te traiga lo que pides

PauS dijo...

Estamos poniéndole empeño para ayudar al señor este con el regalo que quiero.

Feliz Navidad tambien! ¿Será igual la cosa por allá?

 

Blog Template by YummyLolly.com - RSS icons by ComingUpForAir