lunes, noviembre 29

la horrible pega de buscar pega

Si mi vida fuera una teleserie, justo ahora sonaría el teléfono porque en alguna importante empresa el guapo y millonario gerente concluyó que su negocio va directo a la quiebra sin mi brillante aporte. Entonces me invitaría a cenar en un restorán de lujo para hacerme una oferta que no puedo rechazar: estar a cargo de un área fundamental para la compañía, trabajando sólo un par de horas diarias en una oficina enorme que mira a la ciudad, con un sueldo similar al PIB de un país pequeño y una secretaria sonriente que me lleva café de verdad. Además, claro, de un fogoso romance que terminaría cuando alguien quede ciego o se entere que el hijo no es suyo.

Pero soy una chica normal que escucha a The Strokes cada mañana para no dormirse en el metro, cuyo apellido no es ni Edwards ni Bofill, no creció en esos ambientes selectos que ahora permiten llamar al "tío" para conseguir la recomendación necesaria, ni tiene un cerebro particularmente genial como para que se lo peleen las grandes universidades del planeta. Las opciones, entonces, se limitan a buscar pega como hace todo el mundo. Y eso significa básicamente tres cosas: saber armar un CV, saber elegir dónde mandarlo y saber impresionar a la persona que entrevista.

Armar un CV, aka Curriculm Vitae, debería ser una tarea de lo más fácil: nadie sabe mejor que uno lo que ha hecho en la vida. El tema es cómo seleccionar, entre todo lo que se ha hecho, lo que uno quiere que los otros sepan. Y cómo mostrárselos lo suficientemente interesante, serio y profesional para parecer una persona interesante, seria y profesional. Sin mentir demasiado, por supuesto.

Siempre me ha frustrado la parte del CV. Es que, considerando que suelo relacionarme mejor con el mundo cuando es por escrito, siento que debería pasar esta etapa sin inconvenientes para concentrar mi pánico en la serie de entrevistas. Pero es al revés: me cuesta un montón explicar porqué alguien debería contratarme, resumiendo en un par de líneas mi increíble aporte a los lugares donde trabajé.

Puede ser que las empresas no me llamen porque mi CV está mal hecho. También podría ser una conspiración del universo, pero lo dudo. Creo que el punto es que soy pésima para dar a entender lo buena que puedo ser en una pega. Para venderme, en el sentido marketero de la palabra. Novio insiste en que debería jugármela, pero creo que tengo una limitación genética para llamar a los amigos que andan buscando periodista, para hacer lobby con los encargados de selección, para demostrar mi interés aunque me muera de ganas por conseguir cierto trabajo. Lo sé: es una pésima estrategia esperar que las cosas lleguen por sí solas.

Tampoco soy muy buena eligiendo dónde postular. Entro a los sitios como Laborum, o reviso los datos enviados por el amigo del amigo del amigo, y me encuentro con millones de ofertas que compiten por ser la más confusa. La mayoría vienen de importantes empresas del rubro (inserte aquí una actividad cualquiera) que buscan profesional de excelencia para desempeñarse en el área comunicaciones/manejo de medios/internet/etc. No sé si yo soy demasiado exigente, pero asumo que no es taaaaan difícil precisar qué diablos esperan que uno haga, dónde y a cambio de cuánto dinero. ¿O será que dan por hecho que uno está dispuesto a hacer lo que sea, en el lugar que sea y por las lucas que sean?

¿Será que también analizan cuánto estamos dispuestos a mentir para conseguir la pega? O sea, no se me ocurre otra razón para pedir que uno responda, por ejemplo, qué motivación tiene para postular. Obvio que uno termina diciendo en 150 caracteres que actualizar la intranet de una farmaceútica es el sueño de toda la vida, y que sólo podrá ser feliz si consigue ese trabajo. Lo mismo con las pretensiones de renta. ¿Habrá alguien dispuesto a pagarme lo que pido? ¿O lo exigen sólo para reirse de lo iluso que puede llegar a ser un postulante?

Hace ya harto tiempo que decidí cambiarme. Al principio sólo me dediqué a mirar las ofertas, buscando algo que se adecuara a mí. Luego fui ampliando el filtro, volviéndome más tolerante con las posibilidades y el rango de sueldo. Actualicé el CV, reviví mis cuentas en los sitios de búsqueda, avisé a los amigos y hasta puse en mis nicknames "buscando pega". Pero nada.

Y ahí es cuando uno empieza a preocuparse. No es que sea muy exigente: claramente el romance con el gerente no me interesa, porque todo el mundo sabe que más de un romance a la vez es complicado y los gerentes nunca han sido mi tipo. Tampoco aspiro a los millones: si ese fuera mi objetivo en la vida, para empezar no habría sido periodista. Y después de haber trabajado en un entrepiso sin ventanas y en una oficina BAJO un estacionamiento donde sentía que los autos pasaban sobre mi cabeza, la verdad es que el lugar no es tan relevante. 

A lo que aspiro es a un trabajo más o menos interesante, con compañeritos mentalmente saludables y un sueldo digno. ¿Será mucho pedir? Por ahora le hacemos empeño con el CV y las postulaciones. Esta vez todavía no llego a las entrevistas, pero por si acaso he aprendido de mis experiencias anteriores y ya sé que no es bueno dibujarse caminando feliz y sin paraguas bajo la lluvia.

3 comentarios:

María José dijo...

NO!! A mi me dijeron que CON paraguas!!!

No soy la más indicada para darte consejos en este aspecto. Pero te apoyo en tu misión.
Mucha suerte.

Val dijo...

DETESTO la busqueda de pega...principalmente porque me parece el proceso más engañoso, mentiroso, falso y superficial del planeta. Vamos por punto:

-el CV se supone debe reflejar quién eres como profesional, lo que es un arma de doble filo ya que el papel aguanta todo...tuve un jefe que contrató un tipo DEL TERROR porque su CV era "brillante", mientras que a veces dejan fuera personas realmente buenas por "falta de experiencia". Una mierda.

-las entrevistas cara a cara son el perfecto caldo de cultivo para obligarte a ser lo menos tú posible... te viste como NO te vistes nunca, te sientas como NO te sientas nunca, hablas como si estuvieras frente al presidente de la república y lo peor, lo peor de todo, es que tienes que MENTIR derechamente. La peor pregunta es "cuales son tus defectos", ya que es imposible decir la verdad...imagina

empleador: cuáles son tus defectos?
yo: bueno...me da flojera trabajar después de almuerzo... a veces tengo crisis de pánico y me desmayo y bueno, soy un poco enfermiza...ah! y sufro de terrible dismenorea así que una vez al mes no cuenten conmigo.
empleador: ...

en esta parte lo que uno DEBE hacer es buscar un defecto virtuoso y hacerlo pasar por algo que te aflije...así:

"bueno, la verdad, siendo BIEN honesta, soy terriblemente trabajolica... no PUEDO dormir en paz por el trabajo, me despierto pensando en eso y me acusto pensando en eso... Además, soy excesivamente autoexigente y me estreso si no me queda todo perfecto"

-Otra cosa apestosa es que cuesta mucho cambiarse de área...yo estuve 4 meses cesante intentando pasarme de los medios a las comunicaciones, y al menos me dijeron que NO en 5 partes porque "no tenia experiencia" en corporativo... los jefes creen que uno es TARADO? Todas las pegas se aprenden en la práctica y en algun momento hay que empezar po pastel! DUH!

Finalmente, debo decir que los mejores procesos de seleccion en los que he estado, son aquellos donde la empresa tiene CLARO el perfil que busca y lo transparenta, de modo que no hay lugar a confusiones... "si te da flojera trabajar después de almuerzo no importa, pq en esta empresa privilegiamos la creatividad" es mi perfil soñado.

saludos y suerte!

PauS dijo...

Siiiii había olvidado los defectos disfrazados de virtudes!!! Siempre me he preguntado si los sicólogos realmente quieren saber algún defecto o están evaluando nuestra capacidad de mentir. El problema es que yo soy pésima para mentir, estoy segura que si lo hiciera mejor ya estaría de gerente en alguna empresa... jajaaa. Pero estoy aprendiendo.

En comunicaciones deberían exigir experiencia en medios, encuentro básico saber cómo funcionan si vas a relacionarte con ellos. Pero la gente no sabe nada!!!

Una vez en una entrevista me discriminaron por verme demasiado "joven". Eso que me había maquillado y todo, siguiendo las recomendaciones de mi abuela.

Maco, lo del paraguas lo vine a saber demasiado tarde...

 

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