martes, octubre 26

¿yo? yo bloggeo

La mayoría de la gente que me conoce no entiende muy bien en qué trabajo. Será porque todo el mundo asocia periodista igual noticias del diario, apariciones en televisión o por último reportajes raros en una revista temática. No les cuadra mucho que estemos en las empresas, las universidades, los servicios públicos y otras tantas instituciones, como una invasión lenta y silenciosa. Ja.

Pero lo cierto es que los periodistas le hacemos a un montón de cosas, no sabría decir si por preparación o por necesidad. Yo pasé por prensa, por comunicación institucional y ahora estoy coordinando un extraño proyecto que, apostaría, se le ocurrió a alguna mente brillante cuando se despachaba la décima piscola en un happy hour. Seguro que ese individuo ahora toma sol en el caribe mientras aquí tratamos de terminar dignamente el asunto, porque él lanzó la idea pero no dedicó ni un par de segundos a pensar cómo llevarla a la práctica en un plazo razonable y sin gastarse en cinco meses el presupuesto de diez años.

Llegué aquí por gusto y necesidad de sin asesinar a nadie, cosa que puede sonar rara pero para mí es de lo más coherente porque algo como esto era lo que tenía en mente luego de cerrar el ciclo con mis pegas anteriores. Siempre encontré una lata pasarse toda la vida haciendo lo mismo, como la gente que se jubila en su primer trabajo. Igual, así como están las cosas en este gran país, aunque quisiera no habría podido jubilarme en ninguna parte porque ni contrato me han hecho.

En fin. Esta pega en sí sonaba ideal, pero el problema fue que la ilustre empresa se saltó una parte del proceso, como si pretendiera exportar manzanas mañana y hoy están recién cotizando las semillas. Y yo, que en teoría llegué para mandar los cajones a su destino y trabajar con sus nuevos dueños que preparan kuchen o strudel, terminé revisando las bases de datos con direcciones porque en el camino alguien olvidó anotar los nombres de los destinatarios.

Ahora las manzanas se pudren en alguna bodega, pero Jefecito las ofrece a quien se cruza por su camino. Así que llegan personas de todas partes a pedirme un cajón, los cajones no alcanzan y al final la gente se enoja porque creen que las manzanas se multiplican y se teletransportan de aquí a la puerta de su casa sin pensar que necesitamos al menos un pobre funcionario de esta oficina que se dedique a moverlas. Pero nada de eso importa porque en el balance final de la empresa Gran Jefe da su discurso diciendo todo orgulloso que logró entregar cuatrocientos millones de cajones con manzanas a personas que hoy se las comen felices como modelos de publicidad.

Olvidé decir que por acá el rubro no tiene que ver con la exportación, es como si fuéramos una fábrica de zapatos que de pronto se lanzó a la aventura agrícola porque Gran Jefe quería aparecer fotografiado en las secciones de vida social. Bah.

Creo que a estas alturas podría escribir un libro sobre lo que usted no debe hacer si quiere convertirse en un exitoso manzanero. Pero eso no es lo importante. Lo importante es que la gente me pregunta a qué me dedico y yo no puedo dar este discurso cada vez. Entonces, las opciones son: 

1. Desconocido pregunta:
- ¿Y usted qué hace?
- Soy periodista.
- ¡Ah! ¿Y en qué diario/canal/revista trabaja?
Aquí el interlocutor ya está todo emocionado por encontrarse frente a una celebridad que quizás todavía no reconoce, y a mí generalmente me da pena decirle que soy una anónima más en el gremio.

2. Desconocido pregunta:
- ¿Y usted qué hace?
- Trabajo en una fábrica de zapatos.
- ¡Ah! Es zapatera.
- No, soy periodista.
- Pero trabaja fabricando zapatos.
- No. Trabajo exportando manzanas. 

Ahora pretendo ir a cortarme el pelo y me da una lata enoooorme tener que volver a explicarle mi compleja situación laboral al peluquero. Tengo la tentación de inventar alguna historia y decir que soy hacker, o asesina a sueldo. O por último decir que dedico mi vida a escribir en un blog, así me ahorro más preguntas y tampoco estaría tan lejos de la realidad.

2 comentarios:

María José dijo...

Pau!! Quedé súper metida con tu pega, que lata que tengas que estar explicando. A mi cuando me da lata explicar algo - casi siempre, porque soy pésiam explicando- me pongo a contestar con monisílabos :)

Que estés bien, que te quede lindo el pelo!

PauS dijo...

Releyendo esto veo que fue una excelente descarga pero también el post más confuso del mundo. Luego te cuento por interno... temo a Jefecito!!! Pero sí, yo también aplico monosílabos hasta que la gente se aburre de preguntar.

 

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